Dióxido de Azufre (SO2)

 

Gas incoloro no inflamable. Presenta un olor fuerte e irritante para altas concentraciones (más de 3 ppm). Su vida media en la atmósfera se estima en días, de modo que puede ser transportado hasta grandes distancias; es considerado uno de los principales responsables del fenómeno de la lluvia ácida (El SO2 es higroscópico, es decir, cuando está en la atmósfera reacciona con la humedad y forma aerosoles de ácido sulfúrico y sulfuroso que luego forman parte de la llamada lluvia ácida).

 

Condensa a -10°C y solidifica a -72°C. Es soluble en agua (85% a 25°C) y en los solventes orgánicos.

 

Durante su proceso de oxidación en la atmósfera, este gas forma sulfatos, es decir, sales que pueden ser transportadas en el material particulado respirable (PM2.5) y que en presencia de humedad forman ácidos. Luego, estos ácidos son una parte importante del material particulado secundario o fino (PM2.5).

 

Tanto la exposición a sulfatos como a los ácidos derivados del SO2, es de extremo riesgo para la salud debido a que éstos ingresan directamente al sistema circulatorio humano a través de las vías respiratorias.

 

Se origina en la combustión de combustibles con un cierto contenido en azufre (carbón, diésel, gasolinas,...) en centrales térmicas, procesos industriales, tráfico de vehículos pesados, calefacciones de carbón y fuel, etc.; También existen fuentes naturales de éste contaminante como las erupciones volcánicas.

 

Concentraciones altas de este contaminante afecta al aparato respiratorio, agravan enfermedades respiratorias y cardiovasculares existentes; provoca irritación en los ojos. El dióxido de azufre se ha asociado a problemas de asma y bronquitis crónica, aumentando la morbilidad y mortalidad en personas mayores y niños.

 

Otros efectos preocupantes son la deposición húmeda o seca de los compuestos ácidos que origina sobre la cubierta vegetal y suelo así como sobre materiales de construcción (mármol, caliza,...).

 

El estado de Chile rigen dos normas de calidad del aire por dióxido de azufre, la Norma Primaria de Calidad del Aire (D.S. N° 113/2002 del Ministerio Secretaría General de la Presidencia), que protege la salud de las personas; y la Norma Secundaria de Calidad del Aire (D.S. N° 22/2009 del Ministerio Secretaría General de la Presidencia), que protege el medio ambiente. 

 

Técnica de Monitoreo

 

En los D.S. N° 113/2002 y D.S. N° 22/2009, se establece que la medición de la concentración de dióxido de azufre en el aire se realizará mediante uno cualesquiera de los siguientes métodos de medición:

 

  1. Fluorescencia ultravioleta;
  2. Espectrometría de absorción diferencial con calibración in situ y,
  3. Un método de medición de referencia o equivalente designado o aprobado por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos o por las Directivas de la Comunidad Europea.

 

El monitoreo de calidad de aire deberá realizarse con instrumentos que cumplan con los métodos de medición señalados en el inciso anterior y que hayan sido reconocidos, aprobados o certificados por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos o por las Directivas de la Comunidad Europea.

 

(Ver Norma D.S.N° 113/2002 y Norma D.S. N° 22/2009)

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