La contaminación del aire aumenta el riesgo de ictus y disminuye el desarrollo cognitivo
"La contaminación del aire es un factor de riesgo importante para la enfermedad cardiovascular", afirma Jonathan D. Newman, cardiólogo estadounidense. En zonas en el cuartil superior de la contaminación del aire las personas presentaban un 24% mayor riesgo de estenosis de la arteria carótida. Esto demuestra que el riesgo cardiovascular "no sólo se asocia con genes o comportamientos de salud, sino que también depende del aire que respiramos". Así mismo, según un estudio llevado a cabo por investigadores del CREAL y publicado en PLOS Medicine, el desarrollo cognitivo de los niños que asisten a escuelas expuestas a la contaminación del aire por su proximidad al tráfico se ve enlentecido.
Las personas que viven en zonas con más contaminación del aire se enfrentan a un mayor riesgo de estenosis de la arteria carótida, un estrechamiento de las arterias que suministran sangre al cerebro, según un estudio que se presentará en la 64 Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología, que se celebrará en San Diego, Estados Unidos.
La estenosis de la arteria carótida, que se produce cuando las sustancias grasas se acumulan en las arterias del cuello, está asociado con más de la mitad de los accidentes cerebrovasculares o ictus que se producen en Estados Unidos cada año.
Varios trabajos recientes han relacionado la contaminación del aire con problemas cardiovasculares, pero la mayoría se han centrado en los efectos en el corazón y las arterias circundantes. Esta nueva investigación examina los efectos en las arterias de la cabeza y el cuello, arrojando luz sobre cómo la contaminación del aire podría aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares que privan al cerebro de oxígeno y que se encuentran entre las principales causas de muerte en Estados Unidos.
"Nuestro estudio se suma a la creciente evidencia de que la contaminación del aire es un factor de riesgo importante para la enfermedad cardiovascular", afirma Jonathan D. Newman, cardiólogo del 'NYU Langone Medical Center', en Estados Unidos, y autor principal del estudio. "Esto demuestra que el riesgo cardiovascular de una persona no sólo se asocia con sus genes, comportamientos de salud y estilos de vida, sino que también depende en cierta medida sobre el mundo en que vivimos y el aire que respiramos", añade.
El estudio, que se publicará en Journal of the American College of Cardiology, se basa en un análisis de las pruebas de detección cardiovascular de más de 300.000 personas que viven en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut. Las pruebas de detección fueron proporcionados por el Life Line Vascular Screening, un programa voluntario que evalúa la salud del corazón y las arterias de los participantes utilizando ultrasonidos cardiovasculares y otras pruebas.
Los investigadores examinaron la relación entre la estenosis de la arteria carótida y los niveles de contaminación atmosférica en el código postal de la casa de cada persona sobre la base de mediciones de calidad del aire recogidas por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos de 2003 a 2008.
El análisis reveló que quienes viven en zonas en el cuartil superior de la contaminación del aire presentaban un 24% mayor riesgo de estenosis de la arteria carótida en comparación con quienes tienen su casa en los códigos postales del cuartil inferior. El análisis excluyó a las personas con enfermedad carotídea conocida y se ajustó por edad, demografía, historia clínica e ingreso medio por hogar.
La investigación se centró en un tipo de contaminación conocido como partículas finas, definidas como partículas de contaminación menor que 2,5 micrómetros de diámetro. Las partículas finas es la forma más común de contaminación del aire y se deriva en gran medida de fuentes relacionadas con la combustión, como la emisión de los automóviles y la quema de carbón o madera.
Los diabéticos, más susceptibles
"Los resultados llaman la atención sobre la importancia de las estrategias para reducir la contaminación del aire", plantea Newman. Los hallazgos también apuntan a la contaminación del aire como un factor potencial que podría ayudar a explicar por qué algunas personas, como las que padecen diabetes, parecen ser más susceptibles a los problemas cardiovasculares que otras.
"Sería prudente limitar la cantidad de tiempo al aire libre de las personas con otros factores de riesgo cardiovascular en los días en los que los niveles de contaminación del aire son altos", aconseja Newman, quien sugiere que futuras líneas de investigación podrían incluir ampliar el análisis para incluir más de 3,5 millones de participantes.
Además, este experto sugiere que analizar los mecanismos biológicos por los que la contaminación del aire podría aumentar la estenosis de la arteria carótida también podría ayudar a dilucidar el papel de la contaminación del aire en los accidentes cerebrovasculares y otras formas de patología cardiovascular.
Los niños que van a escuelas cercanas a zonas de mucho tráfico muestran un menor desarrollo cognitivo
Muchas escuelas están situadas en las proximidades de las calles más transitadas, con picos de contaminación del aire justo cuando los niños están en la escuela. El objetivo de la investigación, enmarcada en el proyecto europeo Breathe, fue evaluar si la exposición a los contaminantes atmosféricos relacionados con el tráfico se asociaba con el desarrollo cognitivo de los niños en las escuelas de primaria.
Se sospechaba que la contaminación del aire era un neurotóxico para el desarrollo. En estudios previos con animales se había observado que la inhalación de partículas ultrafinas procedentes de aire de motor de escape y motor diesel provoca una expresión elevada de citoquinas y estrés oxidativo en el cerebro y un comportamiento animal alterado.
La exposición al aire contaminado relacionado con el tráfico durante el embarazo o la lactancia, cuando el neocórtex del cerebro se desarrolla rápidamente, se ha relacionado con retrasos cognitivos en niños. Las regiones del cerebro relacionadas con funciones ejecutivas, como la memoria de trabajo y la atención, situadas en gran parte de la corteza prefrontal y el estriado, han mostrado respuestas inflamatorias tras exponerse a la contaminación del aire relacionada con el tráfico.
"Hemos hallado que los niños de las escuelas altamente contaminadas tenían un menor crecimiento en el desarrollo cognitivo que los niños de las escuelas poco contaminadas. En este sentido, los niños que asisten a escuelas con niveles altos de contaminación, tanto en la clase como en el patio, experimentaron un menor crecimiento de las funciones cognitivas esenciales para el aprendizaje, del 7% anual en contra del 11%, respecto a las escuelas menos contaminadas. Estos resultados se confirmaron empleando medidas directas sobre el tráfico relacionado con los contaminantes en la escuela. Esto puede tener consecuencias en el rendimiento escolar y el comportamiento", explica Jordi Sunyer, investigador principal del estudio.
Los investigadores de CREAL, centro aliado ISGlobal, llevaron a cabo un estudio prospectivo entre enero de 2012 a marzo de 2013, con 2.897 niños, de entre 7 y 10 años, procedentes de 39 escuelas de Barcelona y Sant Cugat que estaban expuestos a la contaminación del aire relacionada con el tráfico de alta y baja intensidad. Los investigadores evaluaron cuatro veces consecutivas, mediante pruebas computarizadas en series de 40 minutos de duración, las trayectorias individuales en el crecimiento anual del desarrollo cognitivo en las funciones de memoria de trabajo y de atención, debido a que crecen de forma constante durante la preadolescencia. Los investigadores midieron la contaminación debida al tráfico (carbono elemental, dióxido denitrógeno (NO2), y el número de partículas ultrafinas), que se midieron dos veces durante las campañas de una semana tanto en el patio (al aire libre) como dentro del aula de forma simultánea. Los investigadores hallaron, por ejemplo, que la contaminación por partículas de carbono elemental reducía en un 13% el crecimiento de la memoria de trabajo.
"La asociación observada fue consistente en mediciones cognitivas, aunque fue más evidente para la memoria de trabajo, buen indicador de los logros del aprendizaje. El deterioro de las funciones cognitivas tiene consecuencias para el rendimiento escolar. Por lo tanto, la reducción del desarrollo cognitivo de los niños que asisten a las escuelas con mayor contaminación del aire podría dar lugar a una situación de desventaja que debería tenerse en cuenta en el control de la calidad del aire", concluye Sunyer.
Referencia: Sunyer J, Esnaola M, Alvarez-Pedrerol M, Forns J, Rivas I, López-Vicente M, et al. (2015) Association between Traffic-Related Air Pollution in Schools and Cognitive Development in Primary School Children: A Prospective Cohort Study. PLoS Med 12 http://www.plosmedicine.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pmed.1001
Leer noticia en fuente original: 20minutos.es | sietediasmedicos.com