Si se confirma ese extremo, la primera reflexión de la organización ecologista es que esto vulneraría el artículo 24 del Real Decreto 102/2011, de 28 de enero, relativo a la mejora de la calidad del aire, que establece que son las comunidades autónomas las que tienen que elaborar los planes e Mejora de la Calidad del Aire.

Ecologistas en Acción aclara que le parece muy positiva y necesaria la coordinación interterritorial en materia de calidad del aire, y más si se hace desde la evidencia de estudios científicos, pero considera que esto puede y debe realizarse en paralelo al desarrollo y la puesta en práctica de los planes regionales de calidad del aire, puesto que también afectan a otros contaminantes atmosféricos cuyo origen y solución es bien conocida.

En este sentido, recuerdan que la mayoría de contaminantes atmosféricos tienen su origen principalmente en el tráfico motorizado y en determinadas actividades industriales, y su comportamiento es muy similar, siendo el ozono un contaminante secundario y de comportamiento diferente al resto.

También recuerdan que estudios y experiencias por todo el mundo demuestran que incidiendo sobre las fuentes de contaminación, tráfico e industrias, se reducen los niveles de contaminación del aire.

El ozono es un contaminante atípico y problemático, ya que no sale de chimeneas o tubos de escape como la mayoría, sino que se produce en el aire por la reacción entre diferentes contaminantes presentes en el mismo, y necesita del sol para producirse. Al ser un contaminante secundario y tener una evolución bastante compleja, un mejor conocimiento nos permitirá ser más eficaces en la reducción de sus niveles. Pero esto no justifica retrasar los planes de mejora de la calidad del aire, que afectan al resto de contaminantes, puesto que las medidas aplicadas darán resultados evidentes en todos los contaminantes, incluido el ozono, puesto que también habrá menos precursores del mismo.

Por supuesto, la organización considera muy importante incorporar a los planes de mejora de la calidad del aire los avances futuro que se vayan obteniendo en el conocimiento del ozono, y del resto de contaminantes. Y de la misma manera exigen la incorporación inmediata a dichos planes, de los niveles máximos de los contaminantes atmosféricos, incluido el ozono, que actualmente recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la protección de la salud, puesto que los niveles legales que aplicamos están obsoletos y no protegen adecuadamente a la ciudadanía, tal y como advierte la OMS en todos sus informes y recomendaciones de la última década.

En definitiva, la administración central y las autonómicas han de tener en cuenta que el conocimiento de los contaminantes y sus efectos sobre la salud es algo que va a ir avanzando conforme se vaya avanzando en el estudio de los mismos, pero que eso no es excusa para no aplicar inmediatamente medidas que sabemos hoy que son efectivas para la mayoría de ellos, puesto que las fuentes principales de dichos contaminantes son el tráfico motorizado y determinadas industrias.

Para terminar, advierten que en la Región de Murcia la situación es muy preocupante. El plan regional de Mejora de la Calidad del Aire debía estar aprobado y aplicándose en 2013, pero sin embargo, dos años después el plan se encuentra todavía en fase de borrador a pesar del evidente deterioro de la calidad del aire en la región. La propuesta del Ministerio significaría ahora que no tendríamos un plan de mejora de la calidad del aire aprobado hasta 2017, cómo mínimo, y no se sabe cuánto tardaría en aplicarse, lo cual implica que la ciudadanía seguirá respirando año tras año un aire contaminado que afecta negativamente a su salud, sin que se apliquen medidas que se sabe que son efectivas y que podrían evitar la muerte prematura de miles de personas al año en nuestro país.

Por todo ello, Ecologistas en Acción insta al Gobierno Regional y a los ayuntamientos a salir del actual inmovilismo y a tomarse en serio este grave problema de salud pública, adoptando de inmediato medidas encaminadas a reducir los niveles actuales de contaminación, con medidas encaminadas a la reducción del tráfico motorizado y de las emisiones de determinadas industrias, y teniendo como referencia los niveles máximos recomendados por la OMS.

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